¿Por qué la Mesa de Escritores de la Araucanía asumió la denominación de Juan Pablo Ampuero?

¿Por qué la Mesa de Escritores de la Araucanía asumió la denominación de Juan Pablo Ampuero?

"Para las personas de nuestro Temuco que tienen mayor o menor proximidad al quehacer literario, la respuesta resulta obvia; porque es de toda justicia luchar por la pervivencia de una figura prócer del siempre arduo mundo de las letras."

Rafael Storni


jueves, 28 de octubre de 2010

Confesión de un Antropólogo

Cuento enviado al concurso del Diario Austral Temuco bajo el nombre de Confesiones Cacofónicas, en mi primer aporte al blog de la mesa, espero que les agrade.
Marcelo Herrera Villagra
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Temuco, 19 abril 1954

A mis lectores, nunca creí que la lluvia y los zumos del pehuén pudieran dar tanta claridad de pensamiento, sobre todo cuando se aprehende las tradiciones del pueblo Pehuenche. Como antropólogo vivo alrededor de unos tres años en Temuco y desde que tome la tutela de una hermosa niña llamada Gracia, asisto a unas ceremonias ritualisticas de una pequeña comunidad de la cual se me prohíbe dar nombre y ubicación. Lo que narrare a continuación, fue una visión que tuve en la última ceremonia y desde entonces ya no soy tutor de Gracia, entenderán por que al final.

Acorralado en el recuerdo de esos ojos desperté con un mudo grito atrapado en la garganta. Su nombre era Alma, codiciada por los hombres y por querubines bendecida. Una mujer hecha en diamantes, clara y transparente como el agua, divina simplemente. Me sentí afortunado cuando me hablo; sus ojos brillaban y mi cuerpo enmudeció, mariposas revoloteaban en torno a nuestras figuras, y cuando nuestros ojos se toparon, mi sangre se helo, mi corazón se acelero y ambos podíamos escuchar la armoniosa música de nuestros sentimientos vibrando al unísono. Sin dejar de ver sus ojos, cuando sus labios se posaron sobre los míos, caí rendido ante el encanto de sus irremediablemente perturbadores y enamorados ojos, y supe que me decía con ellos que me amaba, pero además otro mensaje venia en su mirada con misteriosa dulzura.
Con el paso del tiempo, nos casamos en la catedral de Temuco, fue algo muy intimo, solo fueron familiares y amigos; sus ojos brillaban con tal intensidad que hicieron resplandecer toda la iglesia…
La vida era feliz junto a ella, a su lado los problemas no existían, y cualquier aflicción desaparecía con solo tenerla junto a mí. Dos años de mucho amor pasaron y nuestro primer retoño floreció, Gracia fue su nombre. Sus pequeños ojitos me hacían soñar con otros mundos que jamás antes soñé, mundos indescriptibles, matices de voces, música plasmada en vividos colores, siempre soñaba con esos mundos después de ver los ojos de Gracia. Pero los ojos de Alma adquirieron otra tonalidad después del nacimiento de nuestra hija, de un claro celeste a un raro gris azulado, mas el misterioso encanto no desapareció, sino más bien tomo un tinte hierático aun más que antes. Pasaba tardes enteras observando a hurtadillas los ojos de mi esposa para no incomodarla, pero cierta noche, después de haber visto los ojos de Gracia toda la tarde, contemple los ojos de mi amada como en un trance, ella no quito sus ojos de los míos, y como si quisiera preguntarme algo se arrimo hacia mi tiernamente y tapo toda intención de respuesta con un beso, un beso extenso que termino en una jornada de agotadora pasión; ya en el sueño, unos ojos me atormentaron en múltiples e infinitas formas, me perseguían, no me dejaban descansar ni un solo instante, pedí al Señor un respiro, pero ya no fueron dos los ojos que me atormentaban y casi pululaban en derredor mío, ¡sino cuatro!, que terribles visiones, mi carne se desgarraba con cada mirada de esos ojos, ¡mi espíritu se hacia jirones!, de mis propios ojos nacían dos ríos de sangre, y la cálida luz que manaba de esos espectrales ojos flotantes se derramaba por completo en la sangre, dando una macabra ambientación a la escena, sentía como esos ojos libaban la vida, me hacia sudar, pero sudaba algo parecido al amor; el calor y la sangre hacían nauseabundo el aire de lo que se podía llamar habitación, sentí que moría, pero cuando la muerte me alcanzaba, recordé donde había visto esos ojos, cerré mis parpados y desperté agitado y en un lugar que no era mi habitación. Era un cuarto blanco, la gente que andaba de pie vestía de blanco invierno, por lo que comprendí que eran enfermeras y doctores, y todos pasaban mirándome como un bicho raro, quise hablar, pero no pude, trate de moverme pero por mas que me esforcé no pude zafarme de mis ataduras, y en un incontrolable frenesí aparecieron nuevamente aquellos vacilantes ojos, aterradores y perversos, me enloquecían, ¿Dónde estoy?, y los ojos estaban continuamente frente a mi, me miraban como atacándome, ¡¡NO LOS SOPORTO!!, ¡déjenme en paz malditas miradas!, ¿¡Acaso ojos, con su mirada con capaces de ver nada!?, ¡¡me duele!!. Dos días y noches, y esos ojos no me dejaron tranquilo ni despierto… Y tuve que simular que todo estaba bien para poder volver a mi casa a caminar y moverme a placer por ella. Cuando le dije a los doctores que las visiones de esos ojos ya no me atormentaban mas, mi esposa y encantadora hija me esperaban en el umbral del hogar. Una vez en el interior de la casa de ensueños que habíamos formado Alma y yo, supe con premeditación como seria el final del día. Caminamos por los jardines de la propiedad compartiendo alegóricas fantasías sobre nuestro futuro, y de la nueva oportunidad que me brindó la medicina.
… La cuenca de sus ojos estaba vacía y dos ríos de sangre manaban de su cara formando charcos carmesí en el piso, su cuerpo no emitía sonido alguno, pero aún respiraba, el bebé lloraba en su cuarto, a ella no pude tocarla.
Un par de ojos custodiaban la puerta principal mientras dormía, desperté acorralado en el recuerdo de esos ojos, y tranquilamente tome el revólver de mi buró, y con un mudo grito atrapado en la garganta por el cañón del revólver, apague la luz del recuerdo de esos ojos sin alma…

Humorismo parriano: Algo más que cosquillas.

Columna publicada en el número 89 del semanario Tiempo21.





Al leer antipoesía quizás el rasgo más evidente del que puede percatarse el lector es la presencia innegable de un sustrato cómico, en el cual convergen, en mayor o menor medida, desde la picardía hasta el humor negro, pasando por la ironización y la sátira.
El campo de acción del humor parriano -dado en todo tipo de producción antipoética, (haciendo la salvedad que no todo es expresado en forma humorística ni hace referencia a contenidos o temáticas cómicas)-, desde mi punto de vista, pretende provocar, mediante la utilización de los atributos del chiste, una descompensación perceptual que desarticule cognoscitivamente (en términos de asociación, logicidad, análisis y síntesis) las nociones y presupuestos con que el lector se enfrenta a la lectura antipoética, puesto que la incorporación al terreno poético de un humor procaz, desenfadado, agudo, picaresco, sin sofisticación ni elegancia -y no por ello falto de inteligencia-, sino que al modo en que se da en el habla popular chilena, susceptible de ser decodificado por el “hombre medio”, además de constituir una transgresión literaria que democratiza la poesía, suscita una disonancia en el destinatario, dada por las discrepancias en las expectativas de lo que todo lector de poesía espera encontrar y no encontrar en ella.
Es poesía que no parece serlo, precisamente por transgredir la solemnidad literaria de la vertiente poética tradicional mediante el recurso del humorismo, el cual, aplicado en un terreno en que era común sembrar amargas consideraciones, nostalgias, etéreos amores y desamores, pinchosas reflexiones... hace germinar, por medio de la catarsis a la que invita, honestas sonrisas y risotadas, no exentas de reflexión y crítica, elementos también constitutivos de su arte poética (visible es el compromiso con temáticas como la ecología, el contexto político, la modernidad, el paradigma religioso, por ejemplo).
Sin duda, hacer poesía en Chile se confronta al antes y el después de este referente (hasta que no se demuestre lo contrario).

Segundo Antares.

miércoles, 27 de octubre de 2010

viernes, 22 de octubre de 2010

Última lectura del ciclo: Barrera y Labrín



Aníbal Barrera y Luis Labrín leerán varios cuentos (entre ellos "Todo termina por saberse" y "De amores y fraudes") en la última lectura del ciclo en la UCT.

lunes, 18 de octubre de 2010

Sayenco Octubre, aún abierta

Abajo, una muestra de la próxima Sayenco, que está todavía abierta a colaboraciones. (enviar a jaguirreo@yahoo.fr con el asunto "para Sayenco").


sayencooct54pp

jueves, 14 de octubre de 2010

DE AMORES Y FRAUDES




Por Luis Labrín



Siempre llovía intensamente y el frío calaba los huesos, pero este fenómeno climático, para Gonzalo Retamal no le hacía padecer resfríos desesperantes o infames, ya que todos los días a las 19h exactas se tomaba su whisky doble diario, lo que hacía temperar su incipiente panza y huesos. Luego partía a dormir plácidamente para amanecer a las 6:30 A.M. placentero y de buen carácter. De desayuno tomaba un cafecito turco sin pan y partía a dos cuadras de distancia a su trabajo de Inspector General en el Liceo Victoria.

Llegaba media hora antes que los alumnos y con una mirada de soslayo sabía perfectamente qué estudiante se había drogado o trasnochado en carretes varios…

-Vienes con las pupilas dilatadas, bravucón –les decía siempre a los más guapos, que hacían de la pasta-base su compañera de tropelías.

-Traes cara de tinto barato- increpaba a otros.

No obstante, el alumnado le respetaba y le tenía cierto temor escondido, ya que sabía de su dureza y que siempre se apegaba religiosamente a los reglamentos del Liceo, que podía recitar artículo por artículo.

Incluso la directora, una mujer frustrada por un matrimonio echado a perder a los 34 años de edad, ya sesentona, piernas enarcadas y con párpados pintados de color bermellón, y dos dientes de oro de agregado, proyectaba una imagen más próxima a la prostitución que a la carrera docente.

Gonzalo Retamal, después de todo y nada, la toleraba, pues sabía tanto de Gestión Escolar como de Teología Dogmática. O sea, nada.

Retamal había sido director, anteriormente, de dos liceos de prestigio. Pero cuando Fernando del Carmen Bustos, el dueño del colegio particular subvencionado, le ofreció a él el puesto, lo desechó de inmediato, haciendo no obstante uso de su habitual caballerosidad. Su ojo clínico intuyó y luego confirmó que el liceo era una papa caliente en términos de administración. Sin contar que los talleres de carpintería, estructuras metálicas o mecánica automotriz –por dar tres nombres- eran unas ratoneras desfinanciadas en su equipamiento y con profesores sin título, apenas técnicos autorizados.

Por ello, Gonzalo Retamal, que había llegado dos días antes a Victoria y había estudiado, antes de su postulación, el sector donde se emplazaba el liceo, confirmaba que estaba lleno de clandestinos, cantinas, juegos de máquinas de azar y demás tugurios.

De ahí que hubiera desistido al cargo de director y se quedara sólo con ser segundo de a bordo. Le ofrecieron buen sueldo, sillón giratorio y una biblioteca de textos jurídicos.

Todo fue bien en el liceo: atrasos prohibidos, falta a pruebas escritas sólo con certificado médico y una inasistencia que brillaba por su escasez.

A pesar de todo, terminado el primer semestre, la asistencia, lenta pero inexorablemente, dio a la baja.

Por lo que la directora comenzó con displicencia a abultar el número de alumnos por clase, con el insano propósito de recibir más subvención del Ministerio de Educación. Retamal calló por dos meses el fraude al estado, sólo porque las planillas las realizaba con minuciosidad Claudia Arredondo, mujer fina, de senos altivos, una cintura sinuosa y dos piernas que le salían de las muelas del juicio, y que por lo demás las abría Retamal los días viernes, antes de volverse a Temuco en el último bus.

Este amante de los quintos días le fue sugiriendo a Claudia Arredondo que de seguir inflando la asistencia él se vería en la obligación de denunciar a ambas, aún a costa de perder la fidelidad que ella le profesaba sin remordimientos.

Claudia lloró todo ese fin de semana. El lunes, cuando llegó con sus ojos hichados le pidió a la directora junto con el inspector general que la relevara del engaño que se estaba haciendo al estado.

La directora golpeó el escritorio, pataleó, lloró como una niña desvirgada.

Cuando sintió los ojos de Retamal fijos en los de ella, se calmó, no sin cierta ira, y confesó que Fernando del Carmen Bustos le había dado la orden.

Retamal la observó con largeza y le dijo:

-Perdone usted, pero se ha confabulado para incriminar y robar a Claudia, su secretaria al gobierno- le espetó con piedad que la directora siguió con gemidos entrecortados.

Lo que pasó después fue breve: Claudia Arredondo fue asignada a Inspectoría General y la asistencia fue revisada por ella misma y Retamal con rigor espartano.

Se fue volviendo lentamente a la normalidad. Nunca más se habló del tema. También fue más frecuente la intimidad de Claudia y Retamal.

Así se llegó a octubre de 2005. La directora oraba con devoción franciscana esperando el milagro de que en 2006 se fuese del liceo Retamal; y ya arreglaría cuentas con Claudia Arredondo.

Pero Gonzalo Retamal, hombre ducho en el poker, que lo había aprendido cuando el 70 fue guardiamarina y vencía en el juego al capellán de la armada José Zenteno… Sabía barajar muy bien las cartas y siempre tenía una marcada. Por lo cual estaba muy tranquilo.

No pasó nada. El 4 de marzo del 2006, Gonzalo Retamal estaba de nuevo, media hora antes de la entrada de los estudiantes con sus retinas muy claras y acechantes.

Recorría los talleres, sabía cuándo se armaba una pelea, cuándo los muchachos de mecánica automotriz se hacían cuchillos, cortaplumas diminutos y hasta estoques en el esmeril de la carrera. Su habilidad era tal que sabía cuántas varillas de soldadura quedaban en el pañal o si se perdía un alicate.

Con los profesores tenía una relación muy afable y muy cortés, pero inflexible en los horarios, al punto que por su currículum lo admiraban.

El 6 de abril se produjo algo anormal en el liceo. El alumno Horacio Cortázar se hizo el enfermo y avisó en Inspectoría que hacía 15 minutos que se le había perdido el celular.

Había salido de la sala de 3ºB de estructuras metálicas y avisó a Claudia Arredondo. La información llegó de inmediato a Retamal.

-Claudia irá conmigo al 3ºB; y ármese de valor. ¡Ya verá qué haré! – Se lo dijo tan firme y seguro que Claudia sacó más pecho del que tenía.

Las clases terminaban a las 17 horas. A las 16:50 partieron ambos en dirección a la sala de 3ºB que pertenecía a estructuras metálicas. Pidió permiso al profesor de Física Artemio Fuentes y habló fuerte y con tono amenazador:

-Quiero ver todas las mochilas vacías. ¡En este instante!

Retamal cuando fue guardiamarina armaba y desarmaba su mochila en tres minutos. Sabía cuánto demorarían sus estudiantes. En dos minutos saltó el celular al piso. Retamal conocía el truco. Pero se fijó más en lo que ocurría con el alumno Francisco Leal, que no había abierto su mochila. Entonces le dijo:

-Venga adelante y saque todo lo que contiene su mochila. ¡Me entendió bien!

El alumno Francisco Leal comenzó a transpirar copiosamente, de modo que Claudia Arredondo abrió su mochila y entre dos cuadernos y un pan francés relució un corvo de 28 centímetros de largo y seis de ancho, aserrado y doblado en la punta para destripar a un guerrero.

-Esta es un arma de guerra y la usan sólo los soldados profesionales –le increpó con pena al muchacho que comenzaba a llorar.

Por todo, el jovencito “arrestado” respondió que era de un tío que se lo había prestado por si tenía que pelear con otro chiquillo de armas tomar.

Eran exactamente las 17 horas. Retamal recordó que a esa misma hora murió Santiago Nasar a manos de los hermanos Vicario. Formó el curso, le dijo a Leal que se sonara los mocos y podía irse con el curso.

No lo castigó ni lo reprimió por el momento. Terminada la jornada de trabajo, miró el corvo propio de comandos. Lo guardó en su escritorio que cerró con dos llaves. Ese día lo iba a recordar siempre. No se le movía un músculo del rostro. Invitó a tomar Whisky a Claudia y luego hicieron el amor desenfrenadamente; después vino la ternura y un par de cigarros. Se despidieron bajo una luna llena opacada por la lluvia.

Al día siguiente, Gonzalo Retamal llegó una hora antes que sus colegas y personal asistente. Entró a la oficina como siempre. Abrió las dos chapas del escritorio y se encontró con el destino que había dejado el día anterior.

Cuando llegó la directora, Retamal le informó escuetamente sobre los hechos y a continuación, junto al profesor Artemio Fuentes, le mostró el enorme estilete. La directora abrió sus ojos bermellón salientes como huevos fritos, recordó que su ex-esposo tenía la pinga un tercio apenas de ese cuchillo, y luego sólo atinó a decir:

-¡Dios mío!

Retamal le dijo que dejara en sus manos la situación. Y así fue. Muy temprano partió al Servicio de Investigaciones. El guardia lo conocía, de modo que lo hizo pasar donde el Prefecto. Aquí le relató lo sucedido. El propio Prefecto le tomó declaración judicial. Luego este hizo dos llamadas y el fiscal Héctor Leiva autorizó para que de inmediato se investigara lo acontecido.

Retamal agradeció al Prefecto y en unas horas siete vehículos de investigaciones todo el sector aledaño al establecimiento educacional.

En el liceo llamaron al muchacho Leal y delante de su padre y madre que habían sido preventivamente detenidos, tomaron declaración al chiquillo. En lo fundamental era exacta, sólo que el corvo aserrado, capaz de degollar a un ternero, era de Pedro Leal Marifil, alias “el ñaja-ñaja”. Se firmó la declaración y, al mismo instante, le dio un soplamocos con sangre de narices y todo, a lo que se opuso Retamal, e investigaciones también. Lo curioso y nada estimulante era que el chico lo había expuesto “para darle una lección a Retamal”. Los detectives se rieron de buena gana. Emprendieron rumbo hacia cantinas baratas y en menos de media hora el “ñaja-ñaja” estaba esposado y con una cadena de moto-aserradora, “segunda arma para matar a Retamal”.

Estuvo 24 horas en investigaciones, luego a las nueve del otro día lo formalizaron “por peligro para la sociedad, amenaza de muerte y uso de armas prohibidas… 45 días de prisión preventiva y 65 para investigar”, sentenció el juez en lo oral…

Al alumno Leal lo expulsaron por acuerdo del Consejo de Profesores y el Centro de Alumnos. Los Padres y Apoderados indignados fueron a Curanilahue donde Fernando del Carmen Bustos, para que no se estigmatizara al liceo. No dio la cara y se fue a refugiar a Valparaíso. Ahí fue visto por el cabo Rulfo.

El 19 de abril de 2006, Gonzalo Retamal se tomó una licencia médica. Como se sabe, jugaba siempre con una carta marcada. Se fue donde un psiquiatra que le fue renovando las licencias por depresión severa por ocho meses, investigadas y reafirmadas por COMPIN.

Su depresión terminó con el año escolar; se le pagó todo, incluso vacaciones, y un bono de cuatro millones que don Fernando dijo que “se lo merecía”. Firmó la resolución: renuncia voluntaria. Debemos agregar aquí que Claudia se fue a vivir con él a Temuco y viajaba a Victoria. Claudia fue poniéndose más fornida por lo que Retamal la tomaba fuerte por los hombros y la penetraba hasta que la Claudia caía a orgasmos estertóreos y fascinantes. A tal punto llegó esto que la Claudia debió pedir en octubre su prenatal. Retamal, en la cumbre de la buena fortuna, se fue de director al liceo de Chañaral y se llevó a Claudia con él como su secretaria.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Ciclo de Lecturas en la UCT

lunes, 11 de octubre de 2010

miércoles, 6 de octubre de 2010

Cónclave 2010

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Julio Petrón en Tiempo21

martes, 21 de septiembre de 2010

Ciclo de lecturas: Juan Huenuan, Cristian Cayupan.








Selva Mora presentará el próximo día 29 de septiembre a los poetas Cristian Cayupan y Juan Huenuan.

La presencia de Juan Huenuan en internet es abundante (vean ejemplos aquí, aquí o aquí) pero la poesía de Cristian Cayupan es de más difícil acceso. Proponemos aquí tres poemas suyos:


LA PATRIA DE LAS PIEDRAS

Voy caminando piedras
por la orilla del mar
mas la sombra de mis huellas
me tropieza los pasos,
hipnotizado por el hechizo de las olas
que parpadean incansables
voy recogiendo mis huellas desangradas.
Alguien mira sin haber presencia de ojos
y en esa intachable soledad
la luna en el agua es un reflejo, mientras
me va caminando los pasos por donde hago sendero
en la lejana patria de las piedras
donde siempre descubro
que tus ojos en los míos son apenas un sutil destello.



JOVENCITA


Jovencita, su solterez
aromatiza todo el callejón
dejando una procesión de hipnotizados,
y los largos días de ausencia
que estuvo a mi lado
se marchan silentes,
como una barricada de fragancia
corrías por mis arterias
desnuda, como las sombras de las nubes
limpia, entre los mortales
y cotizada por los ciudadanos.

Su solterez, jovencita,
me preocupa su solterez
que esté inquieta de ausencias
que esté enajenada de luz
y virgen de amor alguno.



HACIENDO PATRIA

Hay de quienes nacen olvidados
ejercen una vida de plegarias
y visten los sádicos atuendos de la oscuridad.

Se sabe de quienes nacen sin nombres
también cargan los golpes de la humanidad
y hacen patria en el olvido.

Como todos ellos, somos militantes de la vida
honrados partidarios de la hermandad
y en harapos, zurcimos los estandartes de la dignidad.



Cristian Cayupan, Reprimida ausencia, 2009.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Dos ciudades en la distancia hermanas

Leer la columna en Tiempo21



Nuestras ciudades vienen con nosotros. Blas de Otero, acaso el mejor poeta de Bilbao, la veía en las aguas del Volga y en el mar de China, a donde fue a orientarse. Jorge Teillier se dio cuenta en Madrid de que “hay que viajar para no viajar”. Uno no puede evitar ver su territorio allá donde va, como tampoco puede desprenderse de sus ojos, que ven con la memoria. Y es por eso que encuentra parecidos, o tal vez sería mejor decir apariciones; sí: su ciudad se le aparece en la otra ciudad, como cuando cree cruzarse a su amor por la calle, y por un momento el engaño le enciende, hasta que descubre que la semejanza era sólo un espejismo. Pero si algo desde que el tiempo es tiempo –es decir, desde que está habitado– ha desencadenado la memoria del poeta, eso es la lluvia. La lluvia borra los límites, difumina los contornos, dibuja y desdibuja con su spray. Y así, cuando llueve, no llueve ahora, llueve siempre; no llueve aquí, llueve lejos. La lluvia tiende un hilo transparente entre territorios que se recuerdan.

En Bilbao, como en Temuco, llueve, llueve, llueve. Y si para Neruda la lluvia es el personaje más importante de su infancia, Blas de Otero ve cómo “llueve en cursiva” y, sobre todo, “llueve de memoria”. La llovizna diluye los lindes e iguala las ciudades, como dos gotas de lluvia. En el centro de Bilbao hay una araucaria con un busto de Alonso de Ercilla, poeta de ascendencia vasca, bajo el cual se lee: "Euskaldunok Txileri - Los vascos a Chile". Llueve tiempo sobre el poeta, en el centro de Bilbao, en el corazón de la Araucanía. Un Ercilla admirado de gotas paralelas. “No las damas, amor, no gentilezas de caballeros canto enamorados”, verbo aguerrido en medio de la lluvia, del barro –“barrizales del alma niña, y tierna, y destrozada”–. Vivifica la lluvia el alma de la tierra y respira y canta el mapuzugun y el corazón antiguo del euskera. Los árboles de Temuco y Bilbao, las profundas raíces bien fincadas, respirando los cerros al final de la calle y abriendo los ojos de las hojas, aún hablan la lengua de la tierra. Sigue lloviendo y Ercilla tiene los ojos abiertos, en los que brillan oscuras lágrimas. El futuro, el pasado, Temuco y Bilbao se confunden en la lluvia, el corazón es una casa de cuatro piezas, del corazón de Ercilla mana sangre verde.


Javier Aguirre O.
Mesa Juan Pablo Ampuero

Escritores de la montaña en Curacautín


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jueves, 16 de septiembre de 2010

Jaime Medina sobre poesía lárica en Tiempo21




Poesía Lárica

Hablar de poesía lárica es indagar cómo se gesta este movimiento poético en la literatura chilena. Los elementos que evocan el lar son la tradición y la historia que ligan al ser a ese “realismo secreto” presente en la memoria.

Neruda, en Canto General, escribe un poema a Juvencio Valle donde resalta:

“Juvencio nadie sabe como tú y yo el secreto
del bosque de Boroa: nadie
conoce ciertos senderos de tierra enrojecida
sobre los que despierta la luz de avellano.
Cuando la gente no nos oye no sabe
que escuchamos llover sobre árboles y techos
de zinc, y que aún amamos a la telegrafista”.

Esta poesía surge como una respuesta a un ser cautivado por lo foráneo, en su aceptación y valoración de la influencia externa se desarraiga de su realidad como identidad y sobrevalora toda influencia externa como modelo de vida y sociedad.
Es esta alienación poética, la que desplaza a las tradiciones e identidad como parte de la herencia acunada en el lar. La gran urbanización con su modernidad y tecnología va sepultando los lugares, leyendas e historias y hace del ser humano un ser carente de sus raíces.

Jorge Teillier, el poeta que se define como “Guardián del mito” nos señala:

"Sabías que las ciudades son accidentes
Que no prevalecerán frente a los árboles
Que la poesía no se pregona en las plazas
Ni se va ha vender a los mercados a la moda”

Teillier plantea un tiempo de arraigo, de mantener ese espacio inmemorial donde las palabras, objetos, personajes y mitos, permiten mantener la memoria.
Se resalta la edad del oro, pues allí se acunaron las leyendas e historias.

Rolando Cárdenas en su poema Búsqueda señala:

“A veces es bueno abandonarse al propio olvido
Como si el saber sonreír fuera una fruta.
Ir por las calles perfectamente solo,
Sin más compañía que nuestra cotidiana tristeza y nuestros pasos,
Amando una vez más la sencillez del aire
de la manera como se recuerda la infancia,
o ese otro tiempo pulverizado
Cuando se buscaban las primeras estrellas en las charcas”…

A modo de síntesis afirmaré que la poesía lárica no es sólo nostalgia, es una forma de resistencia ante una abismante globalización que despoja al ser de su esencia pueblerina y provinciana.

Jaime Medina Cárdenas
Mesa Literaria IX Región





Poema que Neruda dedicó a Juvencio Valle:




Jaime Medina dedica la columna cultural de la edición 91 del semanario Tiempo21 a la poesía lárica. En sintonía con el editorial del periódico, que avisa sobre los peligros de la globalización que puede hacer olvidar las propias raíces identitarias y dejarse cegar por las luces de neón de "lo foráneo" -que no está, al cabo, en ninguna parte- la poesía lárica defiende el territorio secreto del "mudo corazón del bosque", la savia silenciosa de los árboles ((están llenos de saviduría)), que se hermana naturalmente con la sangre del poeta. No es de extrañar que este guardián de lo duradero escriba con su oído pegado a la tierra y escuche solamente, entre las voces, una.

Es de destacar cómo Jaime rescata dos términos a menudo usados despectivamente: "pueblerina" y "provinciana", para reivindicarlos, sin complejos, como positivos. La poesía no transita por las autopistas, sino por las lentas sendas del camino antiguo.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Juan José Irarrazabal en portada de Tiempo21




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Lectura del 1 de septiembre en Tiempo21




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Leer la noticia en Tiempo21 (página 26 de la edición virtual)

Ciclo de lecturas literarias. 1 de septiembre.



Sorpréndete y acude a la lectura literaria! Te sorprenderá!

Ciclo de lecturas literarias
Sala C401 Edificio C Campus S. Francisco U Católica de Temuco
Miércoles 1 septiembre: 18h
Modera: Segundo Antares;
Expositores: Orlando Pacheco, Elena Muñoz, Selva Mora, Jaime Medina, Javier Aguirre






Los primeros sorprendidos fuimos nosotros al ver que la sala acabó casi llena. Treinta personas en un recital de poesía no deja de ser (43 contó un contador no sólo de cuentos). Todavía recuerdo una lectura de Ángel González en la Biblioteca de Bidebarrieta, en Bilbao, al que no creo que asistiéramos más de 7 personas. Y era Ángel González. Y leía en un blog que Baudelaire acabó un recital en Bélgica con un solo espectador. Afortunadamente nuestra minoría no lo fue tanto, nos pareció inmensa. (¿Habrá algún menso que siga dedicando sus poemas a la mensa minoría, o a la mensa mayoría? Yo me quedo con la minoría mayoritaria.)

Moderaba Segundo Antares, genio del ingenio de lo breve, y a decir de alguno no pudo contenerse y acortó la reunión. Tenemos que darle la razón, con la gracia de Gracián, lo bueno, si breve... más vale que falte, que no que sobre, para que no zozobre. Así que no hubo tiempo para cansar. Lo malo de terminar a la hora es que los que llegaban un poco tarde no llegaron. El avión de papel ya había despegado.

Estaba previsto que recitara también Selva Mora, pero no pudo estar. Jaime Medina sí alcanzó a compartir algunos de sus tremendos versos. Lo más impactante de su poesía son también sus poemas breves, como el inolvidable:

Estado de sitio

Era tal mi estado
que no recuerdo el sitio

o el vallejiano "Tugar tugar salir a buscar", dedicado a un niño detenido desaparecido -recuerdo de memoria, dice algo así:

De pequeño cantabas
"Tugar tugar salir a buscar"

Hasta encontrarlos
¡seguiremos buscando!

Orlando Muñoz, las palabras y las cosas.

La brevedad (aunque no tan mínima) y la sencillez son también señas de identidad de la poesía de Orlando Pacheco, otro de los poetas protagonistas del recital. No recuerdo ningún poema suyo de memoria, quizá porque su poesía da más importancia a la realidad que a las formas, y su palabra aparece cargada de paisaje y de experiencia, y de este modo se hace más que nunca mensajera. Acaso esta poesía más humilde está más cerca del corazón de la poesía, porque, tal y como dijo alguien, todo es poesía menos la poesía. Poesía delgada, cuyos versos caen como gotas de lluvia -acaso lágrimas- que contienen la visión del poeta, una realidad que no puede ser neutral, poesía temporal, comprometida y libre.

Elena Muñoz y la vibrante intensidad emotiva.

La palabra poética, salvo excepciones, adquiere un relieve diferente leída en alta voz. Pocas veces esto es tan cierto como en el caso de Elena Muñoz. Sus poemas en su voz vibrante y emocionada resuenan intensamente. Pocas veces la expresión "poesía lírica" cobra sentido como en su caso. Sus cuerdas vocales son cuerdas de una lira cordial. Y nos atrevemos a decir que, escuchándola, recordamos aquella expresión machadiana: "unas pocas palabras verdaderas".

Ante tan buenas compañías, mi voz, que a veces se quiere enfática, puede acaso sonar retórica o huera. Ojalá sepamos sintonizar con la verdadera vibración cordial de las profundas voces de estos poetas amigos.

Javier Aguirre

Ciclo de Lecturas poéticas - Lagos, Irarrazabal, Petrón




Artículo sobre la lectura moderada por Jaime Medina en la que leyeron Cristian Lagos, Juan José Irarrázabal y Julio Petrón.


jueves, 3 de junio de 2010

Un Tema Literario

Mis queridos amigos : La literatura, no creo que esté en retirada, ni que los libros hayan dejado de ser una forma de ver y sentir la realidad y la ficción que puede llevarnos a un entendimiento mayor de lo que es mejor y de lo que constituye un tipo de certeza en este mundo de imagenes que conllevan una cantidad enorme de lecturas que sólo nos dejan agobiados y con un grado de dificultuosa embriaguez que nos aleja de ese destino superior que está reservado para el ser humano y su condición de ser el guardian y portavoz de los motivos sensibles que nos pueden conducir a ser mejores personas, respetuosas del entorno, de la diversidad y de ese matiz tan fino que es la vida y esa aún limitada conciencia de lo verdadero. Los invito a buscar buenas lecturas, a conocer a los escritores de la región y empaparse de lo que hasta hoy a limitado el quehacer escritural y de difusión, instándolos a ustedes y apelando a la conciencia lúcida para que nuestros escritores logren el lugar que merecen tener en la rápida actividad de cada día, demostrando que en verdad es esta una región de buenos poetas y buenos escritores.
Ojalá se haga realidad, algún día no muy lejano, la creación de la biblioteca de escritores regionales, algo que pregoné desde la tribuna del diario austral en una columna aparecida hace ya varios años cuando Juan Pablo era activo miembro de la Sociedad de Escritores de Chile, filial Temuco, imitando ahora la realización en la V Región de ese sueño de todo escritor de encontrarse con sus libros, sus manuscritos, su visión de mundo, en un lugar mas allá de la muerte física, como legado a las sucesivas generaciones. La opinión de ustedes es importante, así como lo que ustedes puedan hacer en pro de lograr asciertos en la IX Región en el campo de las letras y la literatura. Un abrazo cordial desde el sur, de esta querida región de la araucanía, dónde yo nací a la vida y a la literatura. Un hasta pronto.
Juan José Irarrázabal Yáñez
Poeta ex-crítico literario
(Renacer de Chile, Angol;
La Prensa, Curicó;
La Tribuna, Los Angeles;
Azor, Barcelona, España).

domingo, 2 de mayo de 2010

¿CÓMO DIFUNDIMOS LA LECTURA?

Por Luis Antonio Marín / www.tembloresdecielo.blogspot.com


El 23 de abril se conmemoró el Día Internacional del Libro y el Derecho de Autor, instancia que desde la tiranía publicitaria reinante pretende difundir el amor por la lectura y un vaporoso respeto por los escritores. Más allá de lo improductivo de la efeméride, que en esta ciudad repletó un recinto con liceanos a quienes se infligió la conferencia –desaliñada hasta lo escandaloso– de un prohombre de la academia, me permito dar algunas sugerencias que sí pueden servir para difundir la lectura, ante todo de textos literarios.

1) Dejémonos de fantasías: la lectura en si misma no permite que una persona tenga mejores oportunidades en la vida. Hay ministros de Estado que visitaron su último texto (literario) a los 20, pues la mutación del paradigma cognitivo desde lo escrito a lo audiovisual ha hecho que, al menos para efectos del saber utilitario tan caro a estos tiempos, los libros estén casi a la altura del hacha de piedra.

2) Los libros no son esencialmente caros. Es cosa de indagar en las tiendas de libros usados, en las baratas de los markets, apelar al intercambio, a los dispositivos electrónicos (quienes afirman que es inhumano leer de esa forma padecen de irrealidad) o al vilipendiado pirateo (¿será casualidad que en un país como Francia esta práctica no exista?). El neo-analfabetismo se relaciona más con la saturación informativa que con la ausencia de libros; requerimos mejores formadores y –por ejemplo– una impronta agresiva (sugiero la táctica del caballo de Troya) contra las bastardías televisivas, no legajos de papeles muertos.

3) Hay que difundir el entusiasmo por la literatura apelando a la intervención y a la sorpresa. Poetas que reiteran fórmulas archimanidas o creen que el sentido del espectáculo es para los payasos, escritores incapaces de bajar de sus alturas ignorantes, funcionarios enjaulados en una negligencia muchas veces autoimpuesta, o agentes culturales que confunden la irreverencia (condición indispensable de cualquier innovación) con la falta de respeto, hacen tanto por la lectura como las trabas burocráticas por la iniciativa empresarial en Chile.

4) Como decía Montaigne, la lectura se relaciona demasiado con la felicidad. Poco sacamos con imponerla, y más allá de cualquier necesaria apelación a la disciplina o a la tolerancia a la hora de entrar en un texto, el concepto de lectura obligatoria es una contradicción.

5) Me permito contradecir el primer punto de esta columna. Las personas debieran leer más, sobre todo los líderes. Leer nos hace más tolerantes, diversos, ilustrados, menos consumistas y menos atados a placeres sensualistas. La lectura nos sume en una dulce intimidad, pone un freno entre en pensamiento y la acción, refresca nuestras mentes y nos libra del abismo de las imposibilidades, cual si fuese una extensión de nuestra imaginación. Y a propósito de escopeta: “es con la risa y no con la ira como mejor se mata”.

viernes, 23 de abril de 2010

CUATRO JUEGOS EN LA CASA TOMADA DE JULIO CORTÁZAR. PREÁMBULO

Por Claudio Maldonado

El presente ensayo (síntesis de las principales ideas expuestas hace diez años en mis tesis Cuatro Claves Lúdicas de la Narrativa de Julio Cortázar Universidad de la Frontera 1999 ) pretende demostrar que detrás del sistema de claves lúdicas que operan en el cuento Casa Tomada se esconde una verdad que lucha por imponerse, es decir: el juego mismo es el laberinto como una búsqueda constante, un anhelo de lo absoluto, que parte de la razón hacia la espiritualidad pura y viceversa.

Para que estas dos categorías ( ámbito lúdico y laberinto) se establezcan como los pilares de esta propuesta, me es necesario señalar que entiendo el sistema del juego como una forma de ficción, un orden impuesto por el mundo donde el recurso del “jugar” conjura el miedo atávico del ser humano, el origen de su condición y destino. Por otra parte el concepto de imagen laberíntica la entiendo como un arquetipo confuso y de límites esfumados, en constante contradicción, donde todo es posible y unidireccional hacia el desenlace de la muerte, especialmente en el laberinto Cortaziano, donde existen oscuras fuentes biográficas y reminiscencias literarias que aluden al concepto de rito infantil, al “centro” que se relaciona con la idea de la felicidad.

En el trayecto del laberinto de Casa Tomada el hombre se torna un constante hacedor, que lucha por encontrar la salida, el otro lado de la realidad, es decir una supra realidad. Desde ahí el hombre será visto como un ser de posibilidades desde el momento mismo que ingresa al juego. Esencialmente se encuentra entre dos caminos: el primero implica el abandono de la medianidad, el conformismo, lo monstruoso en estrecha relación con lo irracional, la parte animal del hombre de la cual se asusta muchas veces y pretende liberarse. En este sentido se deja entrever el desdoblamiento de la realidad bifurcándose en el absurdo trágico, pintado como reino ininteligible, como una pasión inútil, un exilio sin remedio, en suma, la frustración. El otro camino es el del absurdo humorístico, que conlleva a la risa de un humor negro, ridiculizando la vida inauténtica, las frases ya hechas, las relaciones comunes que diluyen la intranquilidad del hombre.

Es así como el hombre, en el trayecto del juego laberíntico de Casa Tomada, se configura una posibilidad de encontrar una forma de verdad, que sirva y sustente su proyecto de vida. Es, en este recorrido, cuando el hombre se convierte en un héroe mítico que intenta que el lector descifre un lenguaje irrisorio y angustiado y para intentar responder los cuestionamientos de la existencia. El tiempo y el espacio se convierten en un lugar donde todo es abstracción y desacralización de la realidad establecida por los códigos de la convencionalidad.

Es así como propongo establecer cuatro juegos claves que se presentan en el recorrido de la casa. Estos serían:

-El juego mítico de su protagonista
-El juego del lector y el lenguaje de la obra
-El juego existencial y el laberinto interno
-El juego del tiempo y el espacio.

Cortázar compromete a sus lectores, a tal grado, que pasan a ser motores de las situaciones presentadas en la historia , son partícipes de estos cuatro juegos tendientes a desentrañar el misterio de una realidad extratextual hacia un laberinto intratextual que debe recorrerse con el fin último de encontrar la esencia del hombre que en múltiples narraciones, hombre caótico, angustiado y oprimido por sus deseos incontrolables se compara a la bestia, a un monstruo que produce horror descubrirlo y aceptarlo.


LA CASA TOMADA POR EL HÉROE MÍTICO
El Ingreso al juego mítico.

Al protagonista se le anuncia la misión en que se verá implicado y por ende el recorrido laberíntico que deberá emprender . El rompimiento de la cotidianidad se manifiesta cuando el hermano se encuentra en presencia de “algo extraño” que se siente, pero no se puede ver. El elemento de irrupción es un fuerza que adquiere una conformación física de ondas de sonido.

“Escuche algo en el comedor o la biblioteca. El sonido venía impreciso y sordo, como un volcarse de silla sobre la alfombra o un ahogado susurro de una conversación” (p. 13)

La posterior reacción del hermano ante el fenómeno tiene relación directa con las características del hombre cortaziano, es decir, al protagonista le incomodarán las paradojas superficiales, las problemáticas inútiles, la asfixia intelectualoide. Es por eso que este personaje parece saber de antes que los ruidos de detrás de la puerta no vienen de un individuo común (como por ejemplo un ladrón). No existe un temor a lo ordinario, sino que inmediatamente el protagonista se pone en situación de que parte de la casa ha sido tomada por un fenómeno superreal. Los protagonistas se envuelven en la magia de “lo fantástico” reconociendo que su proyecto de vida basado en lo material para alcanzar lo espiritual es un acontecimiento que ha superado su vidas, sin embargo, los protagonistas reciben el impacto como algo que en algún día podría haber estado en sus destinos, algo en esencia normal.

“Fui a la cocina calenté la pavita, y cuando estuve de vuelta con la bandeja del mate le dije a Irene:
-Tuve que cerrar la puerta del pasillo. Han tomado la parte del fondo.
-Dejó caer el tejido y me miró con sus graves ojos cansados (p13)

Los hermanos han entendido su posición dentro del conflicto “alguien se ha tomado la casa” . Es en ese cantante cuando comprenden la misión a seguir.

- ¿Estás seguro?
Asentí.
- Entonces –dijo recogiendo las agujas-tendremos que vivir en este lado (p.14)
La misión de los protagonistas es seguir viviendo en la casa a pesar de los cambios que se puedan suscitar. La idea de mantener el orden establecido está por sobre todas las cosas. En el momento en que los hermanos se trasladan al fondo de la casa realizan el Salto mortal. Este salto es la aventura espiritual, en el legado de la búsqueda de una supuesta trascendencia

Constitución del héroe mítico.

Los hermanos al estar instalados en el limitado espacio de la casa tendrán la obligación de superar las pruebas. Tendrán que sortear las pruebas para no perder el orden establecido. El primer obstáculo es superar el recuerdo de las cosas materiales perdidas.

“Los primeros días nos pareció penoso porque ambos habíamos dejado en la parte tomada muchas cosas que queríamos. Mis libros de literatura francesa, por ejemplo estaban todos en la biblioteca. Irene extrañaba unas carpetas, un par de pantuflas que tanto la abrigaban en el invierno. Yo sentía mi pipa de enebro y creo que Irene pensó en una botella de Hesperidina de muchos años” (p 14)


Pero luego los personajes dan por superado el drama de la nostalgia (primer obstáculo superado) La convivencia del espacio se hace grata, hay una cierta felicidad de creer que la vida placentera sigue existiendo con normalidad.


“Pero también tuvimos ventajas. La limpieza se simplificó tanto que aún levantándose tardísimo, a las nueve y media por ejemplo, nos daban las once y ya estábamos de brazos cruzados” (p14)

Sin embargo las fuerzas extrañas buscan siempre su manera de amenazar. Cuando son invadidos no se atreven a enfrentarlo. Es inminente la derrota en el juego.

“A Irene le llamó la atención mi brusca manera de detenerme y vino a mi lado sin decir palabra”. Nos quedamos escuchando los ruidos, notando claramente que eran de este lado de la puerta de roble, en la cocina y en el baño, o en nuestro pasillo mismo donde empezaba el codo casi al lado nuestro” (p 17)

La fuerza extraña los hace escapar de la casa. Es aquí donde se configura la muerte. El
hombre en su intento más elemental de sobrevivencia huye de la desaparición terrena.

“No nos miramos siquiera. Apreté el brazo de Irene y la hice correr conmigo hasta la puerta cancel, sin volvernos atrás. Los ruidos se oían más fuerte, pero siempre sordos, a espaldas nuestras” (p 17)


La expulsión del zaguán es la expulsión del paraíso. Los hermanos han sido despojados d e la casa y de toda cosa material que les conecte con su manera de vivir.

-¿Tuviste tiempo de traer alguna cosa? –le pregunté inútilmente.
-No, nada.

Estábamos con los
puesto. Me acordé de los quince mil pesos en el armario de mi dormitorio. Ya era tarde ahora.


Los protagonistas terminan por reconocer: su vida placentera se ha terminado, no hay posibilidad de volver al centro del laberinto.

Antes de alejarnos tuve lástima, cerré bien la puerta de entrada y tiré la llave de la alcantarilla (p. 18)

La última frase del hermano es una sentencia propia del héroe. Hay un intento por salvar o proteger al mundo de los fantasmas destructores del orden cotidiano.

No fuese que algún pobre diablo se le ocurriera robar y se metiera en la casa, a esa hora y con la casa tomada (p18)


LA CASA TOMADA POR EL LECTOR

El lector cómplice de Casa tomada puede llegar a convertirse en una personaje más de la narración.

Inicio de la lectura: Desde el momento en que el lector inicia la lectura del texto se encuentra con una autoconfesión por parte del personaje narrador que es el hermano. Esta autoconfesión dura hasta la página 12 en incluye los siguientes puntos básicos.

-Manifestación de la vida placentera de la casa.
-Descripción de la personalidad de Irene
- Descripción de las dependencias físicas de la casa.

El lector llega a la página 15 con toda la información básica. Es por eso que espera que este orden impuesto por el narrador se rompa para empezar el conflicto.

Inicio del conflicto: El personaje transita tranquilo cuando detrás de una puerta siente ruidos extraños. Estos ruidos son la urgencia del lector, es la fuerza invasora del primer giro en la tensión narrativa.

Desenlace : Ante el inminente ataque el narrador se encierra en su espacio sin saber que el invasor es el propio lector (en sentido lato el que está escuchando este relato), no se sabe quien es no de puede ver.

El lector o la fuerza extraña deja el final abierto. Los problemas que tengan los hermanos en la calle o lo que les suceda tendrán infinitas formas de concreción y generarán potencialmente más textos. Las lecturas que realicen los posibles lectores permitirá que el texto sea siempre nuevo y el carácter de la fuerza desconocida que expulsa a los hermanos dependerá de estos.
Desde el punto de vista del narrador el relato gira en torno a la ausencia (el significante del significado ausente) Los dos hermanos nunca sabrían que el invasor es el lector.
Como señalé anteriormente el lector fantasma seguirá en constante transformación generando siempre más posibilidades en la medida en que haya siempre lectores actualizándolo.


LA CASA TOMADA POR LA EXISTENCIA
El otro es la parte irracional del hombre. Es así como este hombre racional lucha con su mitad de bestia para poder establecer una armonía terrena. Los hermanos ven al “otro” (la fuerza invasora como un enemigo) como al enemigo a eliminar. Pero caen derrotados. Entendiendo este fracaso de la parte racional se puede formular que la fuerza invasora (los otros) son ellos mismos y que en ese esquizofrénico caos la lucha está de antemano perdida. Lo bestial con lo racional en los hermanos genera las siguientes situaciones.

- La bestia quiere habitar la casa eternamente, es por eso que al final tira la llave a la alcantarilla.

-La parte racional sabe que tarde o temprano la vida se apagará y para que todo se termine piensa en quemarla antes de morir.

-La bestia invade y primero habita la mitad de la casa, pero después necesita expandir su espacio vital. Lo racional comienza a molestar y es necesario expulsarlo.

-La parte racional vive en principio en toda la casa , lo necesitan a pesar de que no lo utilizan. Terminan en un espacio mínimo y a pesar de que el símbolo de terminar en la calle representa un espacio amplio, para ellos es la limitación máxima de las posibilidades.

-La bestia es un ser que se esconde detrás de las puertas. Quiere que lo escuchen, quiere manifestar su presencia, con ruidos y sonidos, pero sin ser visto.

- A pesar de que la parte racional se esconde de la sociedad, manifestar su existencia placentera al hablar en forma pormenorizada de la historia del inmueble.

EL JUEGO DEL TIEMPO Y DEL ESPACIO.
Antes de ser expulsados a la calle, los personajes tiene que recorrer los espacios de la casa . Es aquí cuando se constituye el recorrido del laberinto físico. La estructura de la casa con sus pasillos, su cerrazón de puertas, su fachada y su gran cantidad de puertas genera el sitio predilecto para que las fuerzas tengan su escondite.
Por otra parte los personajes ingresan en este laberinto a las escondidas, un rito infantil, un juego que como en la vida tendrá perdedores y ganadores.

De ahí la relevancia de la descripción de la casa por parte del hermano.

“Como no acordarme de la distribución de la casa. El comedor, una sala de gobelinos, la biblioteca y tres dormitorios grandes quedaban en la parte más retirada, la que mira hacia Rodríguez Peña. Solamente un pasillo con su maciza puerta de roble aislada esa parte del ala delantera donde había un baño, la cocina, nuestros dormitorios y el living central, al cual comunicaban los dormitorios y el pasillo. Se entraba a la casa por un zaguán con mayólica, y la puerta cancel daba al living. De manera que uno entraba por el zaguán, abría la cancel y pasaba al living; tenía a los lados las puertas de nuestros dormitorios, y al frente del pasillo que conducía a la parte más retirada avanzando por el pasillo que conducía a la puerta más retirada, avanzando por el pasillo que franqueaba la puerta de roble y más allá empezaba el otro lado de la casa, o bien se podía girar hacia la izquierda justamente antes de la puerta y seguir con un pasillo estrecho que llevaba a la cocina y el baño”

A continuación se presentará el recorrido que los hermanos hicieron por la casa cuando el invasor comenzó a manifestar su presencia.

La casa consta de tres pasillos intrincados, los hermanos tienen la posibilidad de moverse sólo en tres habitaciones. Esta es una de las paradojas textuales: El invasor al dejar a los hermanos restringidos a vivir en la mitad de la casa le “da” una oportunidad de simplificar su recorrido laberíntico, sin embargo, mientras más reducido es el espacio, más intrincada se torna la situación.

* Cuando se manifiestan los primeros ruidos extraños tras la puerta de roble, los hermanos se encuentran en los siguientes espacios. A las 8 de la noche:

-Irene: teje en su dormitorio.
- Hermano: El primer ruido lo escucha cuando estaba en el codo que daba a la cocina. Después de cerrar la puerta de roble entra a la cocina.

* Cuando comenzaron a vivir en la mita de la casa tuvieron que frecuentar nuevos espacios.

-Irene: La hermana se acostumbró a ir a la cocina para ayudar a su hermano a preparar el almuerzo.
-Hermano: El narrador se acostumbró a pasar gran parte del día en el dormitorio de Irene, revisando la colección de estampillas de su padre.

Si analizamos la ocupación del espacio del living podemos comprobar que este no se ocupa, pues de todos modos la privacidad es nula.

“Nuestros dormitorios tenían el living de por medio, pero de noche se escuchaba cualquier cosa en la casa. Nos oíamos respirar, toser, presentíamos el ademán que conduce a la llave del velador, los mutuos y frecuentes insomnios”

* En el instante en que el invasor se toma la casa en su totalidad, los movimientos de los personajes son casi los mismos.

“Es casi repetir lo mismo salvo las consecuencias” (p17)

-Irene: teje en su dormitorio.
-Hermano: Cuando el hermanos comprueba que los sonidos son de “este lado de la puerta” se detiene en el codo del pasillo de la cocina y se va hacia el dormitorio de Irene”

El espacio de la cocina y el baño se ha perdido. Los dos hermanos se dirigen por el pasillo hacia la puerta cancel con el fin de escuchar los sonidos. Inmediatamente huyen hacia el espacio abierto del zaguán. Han salido del laberinto. Quedan en un espacio abierto, la calle es una imagen recta, sin bifurcaciones se cierra por completo la posibilidad de volver atrás, en resumen un rotundo game over.

TRISTE SENSACIÓN DE UN MONÓLOGO MAL INVERTIDO

Por Claudio Maldonado

Los ruidos de la ciudad, chuchillos de una soledad que construí decepcionando a todos lo que sentían por mi un amor. Compré un kilo de pan y una cerveza en tarro. Tomé el tazón sin orejas y piqué las migas en la espuma. Invierno de 2008. Soy un estudiante de Segundo Medio, mis abuelos nacieron pobres y mis padres están tranquilos en su desconcierto. Ella no pudo ser la peluquera que soñaba en los ochenta. Mi padre es el mediocre de la historia, si tan sólo fuera un borracho de película norteamericana, con televisor para el fútbol y consejos de fanfarrón. Pero no, él es el fantasma que siempre ha caminado en la nada, pasillos silenciosos, sonidos de monedas que no alcanzan a reventar en puños ambiciosos. Las mañanas son moradas, al salir de casa imagino las tristezas de mis profesores, la enfermedad, la fatiga, la demoníaca sensación de arar en el mar. Todos estamos en la sala invisible, no hay mujeres ni hombres que despierten en mi la flor de un diálogo verdadero. Tengo 14 años y he sido siempre una momia a la espera de alguna emoción. Hay zanjas naturales para la desolación, la depresión que todo lo cura socialmente, la rebeldía que a susurros es valorada en secreto por los monos de la moral, la alegría de ser natural y libre en un mundo que gotea día a día pastillones de vejez. Los cuadernos que formaron montañas de preguntas mal hechas aún están en las cajas de la leñera, la comida de los plásticos añejos es el único recuerdo que me llevó hacia el futuro. Ardiendo, ardiendo un soplo que no arranqué. Compré un kilo de pan y una cerveza en tarro. Afuera hay unas camionetas con figuras de payasos, quieren ser alcaldes, concejales, quieren que estreche su mano, quieren que me vista de arlequín, para tener recuerdos cuando ya mi pobreza sea adulta y mi cerebro un membrillo anestesiado. Tantas palabras para nada. Invierno de 2008, cielos nebulosos, monedas que se agitan, fatiga demoníaca y una triste sensación de un monólogo mal invertido.

miércoles, 21 de abril de 2010

GEOGRAFIA, LITERATURA Y PERIFERIA

Por Wenuan Escalona

Determinismo Literario

En cuanto a producción de literatura, suponer que existe una directa relación entre algunos espacios geográficos (usualmente centros de poder político, administrativos y económicos) y una aparente superioridad
estética, no solo es una conclusión superficial y peyorativa, sino que también errónea. Esta lógica funciona casi como un determinismo geográfico, canon, que curiosamente, también se proyecta al compromiso con el oficio escritural.
Este determinismo, como escuela explicativa del desarrollo social y muy relacionado con el positivismo característico de las ciencias sociales durante la primera mitad del siglo XX, en términos simples, plantea que las sociedades del hemisferio norte, sobre todo las más cercanas al polo, gozaban de mayores posibilidades de desarrollo por cuánto han logrado vencer sistemáticamente al medio adverso; una condición que establecía su capacidad de trabajo, inteligencia y que en último término, los ubicaba en la cima del progreso.
Felizmente, en la actualidad podemos dar cuenta de la caducidad de ésta óptica, debido al asomo de nuevas teorías, enfoques o escuelas (y en el caso de la literatura, obras) que han surgido desde una periferia que no solo es la geográfica, sino la del paradigma en sí: esta súper/estructura que nos susurra al oído la norma e hipnotiza al ingenuo sentido común.


Letras opacas y letras brillantes

En geografía, los grandes polos de atracción no solo se caracterizan por aglutinar población, sino que también toda la diversidad de actividades culturales y productivas que definen a una sociedad.
El mundo literario no ha estado eximido de este fenómeno de trashumancia y constantemente se ha dejado seducir por las garantías (léase también ventajas comparativas) que el centralismo ofrece para desarrollar el oficio. En estos términos, hablar de una migración de creadores provincia-capital o periferia-centro, no es ni extraña ni novedosa, pues ya ha sido tópico de análisis de diversos ensayos entre los que cabe destacar “Héroes Civiles y Santos Laicos” de Yanko González, entro otros.
La decisión de “centralizarse”, sobre todo, tomando como antecedente las actuales condiciones de valoración, edición y fomento literario a nivel regional, supone una opción en absoluto legítima. Sin embargo, más allá del plano de las intenciones, no hay que perder de vista que todo Centro (como poder) busca legitimar su esquema de pensamiento y su rol de proveedor de respuestas, generando discursos y productos tendientes a eternizar su hegemonía; hablamos de una oficialización que, a nivel de creación literaria, tendría su equivalente en la estética.
A propósito de segregación, diferenciación espacial y núcleos de atracción, pongamos
atención en esta máxima de la economía territorial, como disciplina auxiliar de la geografía, que plantea:

Una zona es “ganadora o brillante” cuando tiende a la acumulación del capital, la inversión privada y se articula con éxito a las redes comerciales. Por el contario, una zona “perdedora u opaca”, está alejada de estos parámetros por cuánto no cumplen con las exigencias y condiciones dadas por el mercado.

Entonces, al observar la variopinta escena literaria nacional, ¿estaríamos en condiciones de hablar de “letras brillantes” y “letras opacas” con las connotaciones qué ello implica? ¿Existen estéticas que se articulan mejor que otras a estos flujos comerciales? y si es así, ¿estás dependen o están definidas necesariamente por su ubicación territorial?
Tal vez, en este ejercicio de lucidez, logremos aportar en la articulación de un nuevo espacio de creación, desprendido de los clichés odiosos, interesados y simplistas: el iluminado capitalino v/s el inferior provinciano.

Poema

Hay veces, Temuco, amigo mío
que me cansan tus calles en la noche.

Los mismos autónomas titilantes
vigilando plantados en tus esquinas.
Los mismos motores aurinegros
cargando neón en sus espaldas.
Los mismos sombríos vigilantes
ganando sus salarios trasnochados.
Las mismas rameras callejeras
llevando la moral entre sus piernas,
los mismos bohemios pueblerinos
riendo sus penas de oficina.
Los mismos agentes camuflados
grabando los rumores de la noche.
Los mismos mendigos infantiles
esperando sus buses al infierno.
Los mismos gastados pavimientos
soportando el peso de su siglo.

Sí...hay veces, Temuco, amigo mío
que me aburre tu monótono paisaje.

Juan Pablo Ampuero