Hay veces, Temuco, amigo mío
que me cansan tus calles en la noche.
Los mismos autónomas titilantes
vigilando plantados en tus esquinas.
Los mismos motores aurinegros
cargando neón en sus espaldas.
Los mismos sombríos vigilantes
ganando sus salarios trasnochados.
Las mismas rameras callejeras
llevando la moral entre sus piernas,
los mismos bohemios pueblerinos
riendo sus penas de oficina.
Los mismos agentes camuflados
grabando los rumores de la noche.
Los mismos mendigos infantiles
esperando sus buses al infierno.
Los mismos gastados pavimientos
soportando el peso de su siglo.
Sí...hay veces, Temuco, amigo mío
que me aburre tu monótono paisaje.
Juan Pablo Ampuero
No hay comentarios:
Publicar un comentario