¿Por qué la Mesa de Escritores de la Araucanía asumió la denominación de Juan Pablo Ampuero?

¿Por qué la Mesa de Escritores de la Araucanía asumió la denominación de Juan Pablo Ampuero?

"Para las personas de nuestro Temuco que tienen mayor o menor proximidad al quehacer literario, la respuesta resulta obvia; porque es de toda justicia luchar por la pervivencia de una figura prócer del siempre arduo mundo de las letras."

Rafael Storni


viernes, 23 de abril de 2010

CUATRO JUEGOS EN LA CASA TOMADA DE JULIO CORTÁZAR. PREÁMBULO

Por Claudio Maldonado

El presente ensayo (síntesis de las principales ideas expuestas hace diez años en mis tesis Cuatro Claves Lúdicas de la Narrativa de Julio Cortázar Universidad de la Frontera 1999 ) pretende demostrar que detrás del sistema de claves lúdicas que operan en el cuento Casa Tomada se esconde una verdad que lucha por imponerse, es decir: el juego mismo es el laberinto como una búsqueda constante, un anhelo de lo absoluto, que parte de la razón hacia la espiritualidad pura y viceversa.

Para que estas dos categorías ( ámbito lúdico y laberinto) se establezcan como los pilares de esta propuesta, me es necesario señalar que entiendo el sistema del juego como una forma de ficción, un orden impuesto por el mundo donde el recurso del “jugar” conjura el miedo atávico del ser humano, el origen de su condición y destino. Por otra parte el concepto de imagen laberíntica la entiendo como un arquetipo confuso y de límites esfumados, en constante contradicción, donde todo es posible y unidireccional hacia el desenlace de la muerte, especialmente en el laberinto Cortaziano, donde existen oscuras fuentes biográficas y reminiscencias literarias que aluden al concepto de rito infantil, al “centro” que se relaciona con la idea de la felicidad.

En el trayecto del laberinto de Casa Tomada el hombre se torna un constante hacedor, que lucha por encontrar la salida, el otro lado de la realidad, es decir una supra realidad. Desde ahí el hombre será visto como un ser de posibilidades desde el momento mismo que ingresa al juego. Esencialmente se encuentra entre dos caminos: el primero implica el abandono de la medianidad, el conformismo, lo monstruoso en estrecha relación con lo irracional, la parte animal del hombre de la cual se asusta muchas veces y pretende liberarse. En este sentido se deja entrever el desdoblamiento de la realidad bifurcándose en el absurdo trágico, pintado como reino ininteligible, como una pasión inútil, un exilio sin remedio, en suma, la frustración. El otro camino es el del absurdo humorístico, que conlleva a la risa de un humor negro, ridiculizando la vida inauténtica, las frases ya hechas, las relaciones comunes que diluyen la intranquilidad del hombre.

Es así como el hombre, en el trayecto del juego laberíntico de Casa Tomada, se configura una posibilidad de encontrar una forma de verdad, que sirva y sustente su proyecto de vida. Es, en este recorrido, cuando el hombre se convierte en un héroe mítico que intenta que el lector descifre un lenguaje irrisorio y angustiado y para intentar responder los cuestionamientos de la existencia. El tiempo y el espacio se convierten en un lugar donde todo es abstracción y desacralización de la realidad establecida por los códigos de la convencionalidad.

Es así como propongo establecer cuatro juegos claves que se presentan en el recorrido de la casa. Estos serían:

-El juego mítico de su protagonista
-El juego del lector y el lenguaje de la obra
-El juego existencial y el laberinto interno
-El juego del tiempo y el espacio.

Cortázar compromete a sus lectores, a tal grado, que pasan a ser motores de las situaciones presentadas en la historia , son partícipes de estos cuatro juegos tendientes a desentrañar el misterio de una realidad extratextual hacia un laberinto intratextual que debe recorrerse con el fin último de encontrar la esencia del hombre que en múltiples narraciones, hombre caótico, angustiado y oprimido por sus deseos incontrolables se compara a la bestia, a un monstruo que produce horror descubrirlo y aceptarlo.


LA CASA TOMADA POR EL HÉROE MÍTICO
El Ingreso al juego mítico.

Al protagonista se le anuncia la misión en que se verá implicado y por ende el recorrido laberíntico que deberá emprender . El rompimiento de la cotidianidad se manifiesta cuando el hermano se encuentra en presencia de “algo extraño” que se siente, pero no se puede ver. El elemento de irrupción es un fuerza que adquiere una conformación física de ondas de sonido.

“Escuche algo en el comedor o la biblioteca. El sonido venía impreciso y sordo, como un volcarse de silla sobre la alfombra o un ahogado susurro de una conversación” (p. 13)

La posterior reacción del hermano ante el fenómeno tiene relación directa con las características del hombre cortaziano, es decir, al protagonista le incomodarán las paradojas superficiales, las problemáticas inútiles, la asfixia intelectualoide. Es por eso que este personaje parece saber de antes que los ruidos de detrás de la puerta no vienen de un individuo común (como por ejemplo un ladrón). No existe un temor a lo ordinario, sino que inmediatamente el protagonista se pone en situación de que parte de la casa ha sido tomada por un fenómeno superreal. Los protagonistas se envuelven en la magia de “lo fantástico” reconociendo que su proyecto de vida basado en lo material para alcanzar lo espiritual es un acontecimiento que ha superado su vidas, sin embargo, los protagonistas reciben el impacto como algo que en algún día podría haber estado en sus destinos, algo en esencia normal.

“Fui a la cocina calenté la pavita, y cuando estuve de vuelta con la bandeja del mate le dije a Irene:
-Tuve que cerrar la puerta del pasillo. Han tomado la parte del fondo.
-Dejó caer el tejido y me miró con sus graves ojos cansados (p13)

Los hermanos han entendido su posición dentro del conflicto “alguien se ha tomado la casa” . Es en ese cantante cuando comprenden la misión a seguir.

- ¿Estás seguro?
Asentí.
- Entonces –dijo recogiendo las agujas-tendremos que vivir en este lado (p.14)
La misión de los protagonistas es seguir viviendo en la casa a pesar de los cambios que se puedan suscitar. La idea de mantener el orden establecido está por sobre todas las cosas. En el momento en que los hermanos se trasladan al fondo de la casa realizan el Salto mortal. Este salto es la aventura espiritual, en el legado de la búsqueda de una supuesta trascendencia

Constitución del héroe mítico.

Los hermanos al estar instalados en el limitado espacio de la casa tendrán la obligación de superar las pruebas. Tendrán que sortear las pruebas para no perder el orden establecido. El primer obstáculo es superar el recuerdo de las cosas materiales perdidas.

“Los primeros días nos pareció penoso porque ambos habíamos dejado en la parte tomada muchas cosas que queríamos. Mis libros de literatura francesa, por ejemplo estaban todos en la biblioteca. Irene extrañaba unas carpetas, un par de pantuflas que tanto la abrigaban en el invierno. Yo sentía mi pipa de enebro y creo que Irene pensó en una botella de Hesperidina de muchos años” (p 14)


Pero luego los personajes dan por superado el drama de la nostalgia (primer obstáculo superado) La convivencia del espacio se hace grata, hay una cierta felicidad de creer que la vida placentera sigue existiendo con normalidad.


“Pero también tuvimos ventajas. La limpieza se simplificó tanto que aún levantándose tardísimo, a las nueve y media por ejemplo, nos daban las once y ya estábamos de brazos cruzados” (p14)

Sin embargo las fuerzas extrañas buscan siempre su manera de amenazar. Cuando son invadidos no se atreven a enfrentarlo. Es inminente la derrota en el juego.

“A Irene le llamó la atención mi brusca manera de detenerme y vino a mi lado sin decir palabra”. Nos quedamos escuchando los ruidos, notando claramente que eran de este lado de la puerta de roble, en la cocina y en el baño, o en nuestro pasillo mismo donde empezaba el codo casi al lado nuestro” (p 17)

La fuerza extraña los hace escapar de la casa. Es aquí donde se configura la muerte. El
hombre en su intento más elemental de sobrevivencia huye de la desaparición terrena.

“No nos miramos siquiera. Apreté el brazo de Irene y la hice correr conmigo hasta la puerta cancel, sin volvernos atrás. Los ruidos se oían más fuerte, pero siempre sordos, a espaldas nuestras” (p 17)


La expulsión del zaguán es la expulsión del paraíso. Los hermanos han sido despojados d e la casa y de toda cosa material que les conecte con su manera de vivir.

-¿Tuviste tiempo de traer alguna cosa? –le pregunté inútilmente.
-No, nada.

Estábamos con los
puesto. Me acordé de los quince mil pesos en el armario de mi dormitorio. Ya era tarde ahora.


Los protagonistas terminan por reconocer: su vida placentera se ha terminado, no hay posibilidad de volver al centro del laberinto.

Antes de alejarnos tuve lástima, cerré bien la puerta de entrada y tiré la llave de la alcantarilla (p. 18)

La última frase del hermano es una sentencia propia del héroe. Hay un intento por salvar o proteger al mundo de los fantasmas destructores del orden cotidiano.

No fuese que algún pobre diablo se le ocurriera robar y se metiera en la casa, a esa hora y con la casa tomada (p18)


LA CASA TOMADA POR EL LECTOR

El lector cómplice de Casa tomada puede llegar a convertirse en una personaje más de la narración.

Inicio de la lectura: Desde el momento en que el lector inicia la lectura del texto se encuentra con una autoconfesión por parte del personaje narrador que es el hermano. Esta autoconfesión dura hasta la página 12 en incluye los siguientes puntos básicos.

-Manifestación de la vida placentera de la casa.
-Descripción de la personalidad de Irene
- Descripción de las dependencias físicas de la casa.

El lector llega a la página 15 con toda la información básica. Es por eso que espera que este orden impuesto por el narrador se rompa para empezar el conflicto.

Inicio del conflicto: El personaje transita tranquilo cuando detrás de una puerta siente ruidos extraños. Estos ruidos son la urgencia del lector, es la fuerza invasora del primer giro en la tensión narrativa.

Desenlace : Ante el inminente ataque el narrador se encierra en su espacio sin saber que el invasor es el propio lector (en sentido lato el que está escuchando este relato), no se sabe quien es no de puede ver.

El lector o la fuerza extraña deja el final abierto. Los problemas que tengan los hermanos en la calle o lo que les suceda tendrán infinitas formas de concreción y generarán potencialmente más textos. Las lecturas que realicen los posibles lectores permitirá que el texto sea siempre nuevo y el carácter de la fuerza desconocida que expulsa a los hermanos dependerá de estos.
Desde el punto de vista del narrador el relato gira en torno a la ausencia (el significante del significado ausente) Los dos hermanos nunca sabrían que el invasor es el lector.
Como señalé anteriormente el lector fantasma seguirá en constante transformación generando siempre más posibilidades en la medida en que haya siempre lectores actualizándolo.


LA CASA TOMADA POR LA EXISTENCIA
El otro es la parte irracional del hombre. Es así como este hombre racional lucha con su mitad de bestia para poder establecer una armonía terrena. Los hermanos ven al “otro” (la fuerza invasora como un enemigo) como al enemigo a eliminar. Pero caen derrotados. Entendiendo este fracaso de la parte racional se puede formular que la fuerza invasora (los otros) son ellos mismos y que en ese esquizofrénico caos la lucha está de antemano perdida. Lo bestial con lo racional en los hermanos genera las siguientes situaciones.

- La bestia quiere habitar la casa eternamente, es por eso que al final tira la llave a la alcantarilla.

-La parte racional sabe que tarde o temprano la vida se apagará y para que todo se termine piensa en quemarla antes de morir.

-La bestia invade y primero habita la mitad de la casa, pero después necesita expandir su espacio vital. Lo racional comienza a molestar y es necesario expulsarlo.

-La parte racional vive en principio en toda la casa , lo necesitan a pesar de que no lo utilizan. Terminan en un espacio mínimo y a pesar de que el símbolo de terminar en la calle representa un espacio amplio, para ellos es la limitación máxima de las posibilidades.

-La bestia es un ser que se esconde detrás de las puertas. Quiere que lo escuchen, quiere manifestar su presencia, con ruidos y sonidos, pero sin ser visto.

- A pesar de que la parte racional se esconde de la sociedad, manifestar su existencia placentera al hablar en forma pormenorizada de la historia del inmueble.

EL JUEGO DEL TIEMPO Y DEL ESPACIO.
Antes de ser expulsados a la calle, los personajes tiene que recorrer los espacios de la casa . Es aquí cuando se constituye el recorrido del laberinto físico. La estructura de la casa con sus pasillos, su cerrazón de puertas, su fachada y su gran cantidad de puertas genera el sitio predilecto para que las fuerzas tengan su escondite.
Por otra parte los personajes ingresan en este laberinto a las escondidas, un rito infantil, un juego que como en la vida tendrá perdedores y ganadores.

De ahí la relevancia de la descripción de la casa por parte del hermano.

“Como no acordarme de la distribución de la casa. El comedor, una sala de gobelinos, la biblioteca y tres dormitorios grandes quedaban en la parte más retirada, la que mira hacia Rodríguez Peña. Solamente un pasillo con su maciza puerta de roble aislada esa parte del ala delantera donde había un baño, la cocina, nuestros dormitorios y el living central, al cual comunicaban los dormitorios y el pasillo. Se entraba a la casa por un zaguán con mayólica, y la puerta cancel daba al living. De manera que uno entraba por el zaguán, abría la cancel y pasaba al living; tenía a los lados las puertas de nuestros dormitorios, y al frente del pasillo que conducía a la parte más retirada avanzando por el pasillo que conducía a la puerta más retirada, avanzando por el pasillo que franqueaba la puerta de roble y más allá empezaba el otro lado de la casa, o bien se podía girar hacia la izquierda justamente antes de la puerta y seguir con un pasillo estrecho que llevaba a la cocina y el baño”

A continuación se presentará el recorrido que los hermanos hicieron por la casa cuando el invasor comenzó a manifestar su presencia.

La casa consta de tres pasillos intrincados, los hermanos tienen la posibilidad de moverse sólo en tres habitaciones. Esta es una de las paradojas textuales: El invasor al dejar a los hermanos restringidos a vivir en la mitad de la casa le “da” una oportunidad de simplificar su recorrido laberíntico, sin embargo, mientras más reducido es el espacio, más intrincada se torna la situación.

* Cuando se manifiestan los primeros ruidos extraños tras la puerta de roble, los hermanos se encuentran en los siguientes espacios. A las 8 de la noche:

-Irene: teje en su dormitorio.
- Hermano: El primer ruido lo escucha cuando estaba en el codo que daba a la cocina. Después de cerrar la puerta de roble entra a la cocina.

* Cuando comenzaron a vivir en la mita de la casa tuvieron que frecuentar nuevos espacios.

-Irene: La hermana se acostumbró a ir a la cocina para ayudar a su hermano a preparar el almuerzo.
-Hermano: El narrador se acostumbró a pasar gran parte del día en el dormitorio de Irene, revisando la colección de estampillas de su padre.

Si analizamos la ocupación del espacio del living podemos comprobar que este no se ocupa, pues de todos modos la privacidad es nula.

“Nuestros dormitorios tenían el living de por medio, pero de noche se escuchaba cualquier cosa en la casa. Nos oíamos respirar, toser, presentíamos el ademán que conduce a la llave del velador, los mutuos y frecuentes insomnios”

* En el instante en que el invasor se toma la casa en su totalidad, los movimientos de los personajes son casi los mismos.

“Es casi repetir lo mismo salvo las consecuencias” (p17)

-Irene: teje en su dormitorio.
-Hermano: Cuando el hermanos comprueba que los sonidos son de “este lado de la puerta” se detiene en el codo del pasillo de la cocina y se va hacia el dormitorio de Irene”

El espacio de la cocina y el baño se ha perdido. Los dos hermanos se dirigen por el pasillo hacia la puerta cancel con el fin de escuchar los sonidos. Inmediatamente huyen hacia el espacio abierto del zaguán. Han salido del laberinto. Quedan en un espacio abierto, la calle es una imagen recta, sin bifurcaciones se cierra por completo la posibilidad de volver atrás, en resumen un rotundo game over.

TRISTE SENSACIÓN DE UN MONÓLOGO MAL INVERTIDO

Por Claudio Maldonado

Los ruidos de la ciudad, chuchillos de una soledad que construí decepcionando a todos lo que sentían por mi un amor. Compré un kilo de pan y una cerveza en tarro. Tomé el tazón sin orejas y piqué las migas en la espuma. Invierno de 2008. Soy un estudiante de Segundo Medio, mis abuelos nacieron pobres y mis padres están tranquilos en su desconcierto. Ella no pudo ser la peluquera que soñaba en los ochenta. Mi padre es el mediocre de la historia, si tan sólo fuera un borracho de película norteamericana, con televisor para el fútbol y consejos de fanfarrón. Pero no, él es el fantasma que siempre ha caminado en la nada, pasillos silenciosos, sonidos de monedas que no alcanzan a reventar en puños ambiciosos. Las mañanas son moradas, al salir de casa imagino las tristezas de mis profesores, la enfermedad, la fatiga, la demoníaca sensación de arar en el mar. Todos estamos en la sala invisible, no hay mujeres ni hombres que despierten en mi la flor de un diálogo verdadero. Tengo 14 años y he sido siempre una momia a la espera de alguna emoción. Hay zanjas naturales para la desolación, la depresión que todo lo cura socialmente, la rebeldía que a susurros es valorada en secreto por los monos de la moral, la alegría de ser natural y libre en un mundo que gotea día a día pastillones de vejez. Los cuadernos que formaron montañas de preguntas mal hechas aún están en las cajas de la leñera, la comida de los plásticos añejos es el único recuerdo que me llevó hacia el futuro. Ardiendo, ardiendo un soplo que no arranqué. Compré un kilo de pan y una cerveza en tarro. Afuera hay unas camionetas con figuras de payasos, quieren ser alcaldes, concejales, quieren que estreche su mano, quieren que me vista de arlequín, para tener recuerdos cuando ya mi pobreza sea adulta y mi cerebro un membrillo anestesiado. Tantas palabras para nada. Invierno de 2008, cielos nebulosos, monedas que se agitan, fatiga demoníaca y una triste sensación de un monólogo mal invertido.

miércoles, 21 de abril de 2010

GEOGRAFIA, LITERATURA Y PERIFERIA

Por Wenuan Escalona

Determinismo Literario

En cuanto a producción de literatura, suponer que existe una directa relación entre algunos espacios geográficos (usualmente centros de poder político, administrativos y económicos) y una aparente superioridad
estética, no solo es una conclusión superficial y peyorativa, sino que también errónea. Esta lógica funciona casi como un determinismo geográfico, canon, que curiosamente, también se proyecta al compromiso con el oficio escritural.
Este determinismo, como escuela explicativa del desarrollo social y muy relacionado con el positivismo característico de las ciencias sociales durante la primera mitad del siglo XX, en términos simples, plantea que las sociedades del hemisferio norte, sobre todo las más cercanas al polo, gozaban de mayores posibilidades de desarrollo por cuánto han logrado vencer sistemáticamente al medio adverso; una condición que establecía su capacidad de trabajo, inteligencia y que en último término, los ubicaba en la cima del progreso.
Felizmente, en la actualidad podemos dar cuenta de la caducidad de ésta óptica, debido al asomo de nuevas teorías, enfoques o escuelas (y en el caso de la literatura, obras) que han surgido desde una periferia que no solo es la geográfica, sino la del paradigma en sí: esta súper/estructura que nos susurra al oído la norma e hipnotiza al ingenuo sentido común.


Letras opacas y letras brillantes

En geografía, los grandes polos de atracción no solo se caracterizan por aglutinar población, sino que también toda la diversidad de actividades culturales y productivas que definen a una sociedad.
El mundo literario no ha estado eximido de este fenómeno de trashumancia y constantemente se ha dejado seducir por las garantías (léase también ventajas comparativas) que el centralismo ofrece para desarrollar el oficio. En estos términos, hablar de una migración de creadores provincia-capital o periferia-centro, no es ni extraña ni novedosa, pues ya ha sido tópico de análisis de diversos ensayos entre los que cabe destacar “Héroes Civiles y Santos Laicos” de Yanko González, entro otros.
La decisión de “centralizarse”, sobre todo, tomando como antecedente las actuales condiciones de valoración, edición y fomento literario a nivel regional, supone una opción en absoluto legítima. Sin embargo, más allá del plano de las intenciones, no hay que perder de vista que todo Centro (como poder) busca legitimar su esquema de pensamiento y su rol de proveedor de respuestas, generando discursos y productos tendientes a eternizar su hegemonía; hablamos de una oficialización que, a nivel de creación literaria, tendría su equivalente en la estética.
A propósito de segregación, diferenciación espacial y núcleos de atracción, pongamos
atención en esta máxima de la economía territorial, como disciplina auxiliar de la geografía, que plantea:

Una zona es “ganadora o brillante” cuando tiende a la acumulación del capital, la inversión privada y se articula con éxito a las redes comerciales. Por el contario, una zona “perdedora u opaca”, está alejada de estos parámetros por cuánto no cumplen con las exigencias y condiciones dadas por el mercado.

Entonces, al observar la variopinta escena literaria nacional, ¿estaríamos en condiciones de hablar de “letras brillantes” y “letras opacas” con las connotaciones qué ello implica? ¿Existen estéticas que se articulan mejor que otras a estos flujos comerciales? y si es así, ¿estás dependen o están definidas necesariamente por su ubicación territorial?
Tal vez, en este ejercicio de lucidez, logremos aportar en la articulación de un nuevo espacio de creación, desprendido de los clichés odiosos, interesados y simplistas: el iluminado capitalino v/s el inferior provinciano.

Poema

Hay veces, Temuco, amigo mío
que me cansan tus calles en la noche.

Los mismos autónomas titilantes
vigilando plantados en tus esquinas.
Los mismos motores aurinegros
cargando neón en sus espaldas.
Los mismos sombríos vigilantes
ganando sus salarios trasnochados.
Las mismas rameras callejeras
llevando la moral entre sus piernas,
los mismos bohemios pueblerinos
riendo sus penas de oficina.
Los mismos agentes camuflados
grabando los rumores de la noche.
Los mismos mendigos infantiles
esperando sus buses al infierno.
Los mismos gastados pavimientos
soportando el peso de su siglo.

Sí...hay veces, Temuco, amigo mío
que me aburre tu monótono paisaje.

Juan Pablo Ampuero